#44. La Máquina de Producir Resultados. Obsesiónate con lo Simple. Quiérete Mucho
No Solo Suerte - 25 Noviembre 2024
Hola! Soy Rafa Sarandeses.
Los atletas entrenan. Los artistas ensayan.
Por eso, todas las semanas ayudo a tu cerebro a hacer flexiones con un cocktail de 3 ingredientes: una reflexión, una idea útil, y una cita que te haga pensar.
Un cocktail para ayudarte a ser cada día mejor en lo tuyo.
1. Reflexión: La Máquina de Producir Resultados
“Aquel que lo hace lo mejor posible, lo ha hecho todo.”
- Charles M. Schwab
A principios de los 1900s, Schwab era el presidente de la Steel Corporation, el segundo mayor productor de acero de EE.UU en ese momento.
Schwab llevaba tiempo tratando de aumentar la cantidad de acero que producían sus plantas, pero nada parecía funcionar. Ni siquiera las amenazas de despido a sus trabajadores.
Una tarde, antes de que entrase el turno de noche, Schwab preguntó al jefe de planta por el número de piezas de acero completadas durante el día. “6 piezas”, respondió el responsable.
Sin decir nada más, Schwab escribió con tiza un “6” enorme en el suelo y se marchó a su casa.
Cuando llegó el turno de noche, el equipo vio el “6” en el suelo y preguntaron qué significaba. El responsable de planta les explicó lo que había ocurrido.
A la mañana siguiente, el turno de día se presentó a trabajar y vio que sus compañeros de la noche habían borrado el “6” y en su lugar habían escrito un enorme “7”.
El turno de día, con el orgullo tocado, empezó a discutir ideas para ser más efectivos. Con mejoras en la coordinación del equipo y una energía renovada, el equipo pinto un “10” enorme al final de su turno.
A las pocas semanas, los resultados se habían consolidado. La planta, que había pasado dificultades en meses anteriores, empezó a tener un desempeño de primer nivel.
Schwab, como buen CEO, entendió que la forma de llevar la planta de nuevo a la rentabilidad (objetivo de largo plazo) era incentivar al equipo en el cumplimiento de métricas de muy corto plazo (producción).
No solo día a día, sino turno a turno.
¿Cómo podemos aplicar esto en nuestro trabajo?
“Una persona no decide su futuro. Decide sus hábitos, y sus hábitos deciden su futuro.”
―F. M. Alexander
Cuando empecé en Talengo, en 2019, me fijé como objetivo ser socio en 2 años. Me di cuenta entonces de que el KPI con mayor correlación con el logro de la cifra de negocio necesaria, de todos los posibles, era “número de minutos delante de un cliente”.
Así que puse al amigo Pareto en acción (80% de resultados dependen del 20% de inputs), y en vez de obsesionarme con un objetivo de X euros de facturación y empezar a correr como un pollo sin cabeza, me marqué un objetivo mucho más sencillo, y que estaba al 100% bajo mi control directo: cerrar 5 reuniones semanales.
Daba igual lo que estuviese pasando en una determinada semana. Tenía que tener, sí o sí, 5 reuniones presenciales en agenda. Si lograba cumplir regularmente ese objetivo, conseguiría sentarme con 240 clientes al año. Y si lograba mantener esa regularidad, el objetivo de facturación “se encargaría de sí mismo”. Afortunadamente lo hizo.
Si tienes un objetivo retador para 2024, maximiza tus posibilidades de alcanzarlo impulsándote con los hábitos, sistemas y rutinas que sean predictivos de alcanzar ese resultado.
A mayor ambición, mayor foco hay que seleccionar bien esos “inputs” (cómo vas a usar tu tiempo todas las semanas) para que los “outputs” (los resultados) vayan aflorando a lo largo del año como consecuencia.
A mí me funcionan unos, y a ti seguramente otros. Da igual. Lo importante es definir los que mejor encajen con nuestras fortalezas y estilo profesional. Pero no los dejes al azar. Porque si mantienes rutinas diarias que funcionan, tendrás 365 oportunidades el año que viene para ser ese tipo de persona que consigue lo que quiere.
2. Idea útil: Obsesionate con lo Simple
Albert Einstein decía que hay 5 niveles de poderío cognitivo. El primero es ser “listo”. El segundo es ser “inteligente”. El tercero es ser “brillante”. ¿El cuarto? ser un “genio”. ¿Y cuál es el quinto? El quinto nivel, el más potente de todos, era para Einstein llegar a lo “simple”.
La capacidad de simplificar lo complejo era para él la mayor demostración de poderío intelectual. Llegó a decir que “cuando la solución es simple, Dios está respondiendo”.
Otro genio, el Nobel de física Richard Feynman, decía que la mejor forma de aprender algo es dar clase sobre ese tema a un niño de 12 años. Es lo que hizo como miembro del comité de investigación sobre la tragedia del transbordador Challenger, cuando explicó a todos los presentes lo que había fallado con una simplicidad asombrosa.
Es muy común regodearse en la complejidad, porque las cosas no siempre son sencillas. Pero nuestra misión, cuando comunicamos, no es “colocar esa complejidad” en los hombros de los demás. Es simplificarla para que los demás se puedan sumar a aquello que estés presentando.
En otras palabras: cuando uno comunica, los demás no tienen la obligación de entenderte. Es tu responsabilidad hacerte entender. Simplificar es la receta para conseguirlo.
3. Cita para pensar: Quiérete Mucho
“¿Alguna vez has querido tanto a alguien que harías cualquier cosa por esa persona? Ok, pues haz que ese alguien seas tú mismo y consigue lo quieras en la vida."
- Harvey Specter (Suits)
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Que tal Rafael, gran articulo como es usual.
Encontre este articulo hablando de como "efficiency is the enemy" y me acorde de ti al leerlo porque vi en tu feed de Linkedin un repost sobre una ex-MD de MS hablando del slack.
No sabia como ponerme en contacto contigo por eso te lo comparto por aqui.
https://fs.blog/slack/
Un saludo.