#149. Cómo Evitar que una Mala Historia te Impida Vivir una Buena Vida. Persigue lo que te Guste. Sácate del Error (Antes de Cometerlo)
"La cura para el aburrimiento es la curiosidad. No hay cura para la curiosidad." - Dorothy Parker
¡Hola!
Soy Rafa Sarandeses y esto es No Solo Suerte: un cocktail de 3 ingredientes para ayudarte a hacer flexiones con el coco y ser cada día mejor en lo tuyo.
Gracias a los 241 nuevos suscriptores que os habéis unido en la última semana. Somos ya 19.540 los que queremos ser cada día mejores en lo nuestro.
1. Cómo Evitar que una Mala Historia te Impida Vivir una Buena Vida
“El universo está hecho de historias, no de átomos.”
— Muriel Rukeyser
Era el verano de 2018.
Llevaba ya 5 años como cofundador y COO del banco de inversión orientado a impacto ThirdWay Partners. Vivía a caballo entre Madrid y Maputo (Mozambique).
Sobre el papel, la historia era de esas que mola mucho contar en una cena: rol de cofundador, trabajo con propósito, mercados frontera, gente interesante e impacto a raudales.
Pero algo no encajaba en mi interior.
El contexto que yo mismo había ayudado a construir no me permitía usar mis fortalezas. Pasaba mis días en un rol que no aprovechaba realmente mis superpoderes, dentro de un entorno que ya no encajaba con lo que yo quería sacar de la vida.
Había una disonancia creciente entre mi historia externa — una historia estupenda para contar — y la historia que me contaba a mí mismo por las noches.
Fue cuando me vi con dos opciones:
1. Podía plegarme a una situación que había funcionado durante un tiempo, pero que ya no era la mía. Podía crear de la situación una historia de aguante, definirlo como la realidad que me tocaba vivir, y perseverar. Crear una narrativa que racionalizase mi incomodidad porque “es lo que hay que hacer”. Ya sabes, eso de que “uno no abandona algo en lo que ha invertido tanto”, ¿no?
O bien,
2. Podía definir una historia alternativa. Una historia con mejor encaje con lo que soy y lo que necesitaba, sin caer en la falacia de los “costes hundidos”, y sin tener que basar mi decisión en la validación de otros.
Me di cuenta de que necesitaba resetear mi vida. Necesitaba un cambio. Pero no para cambiar yo, sino para reenganchar con la persona que yo era en realidad, y que llevaba tiempo metida en un cajón.
Tu narrativa es la infraestructura de tu sistema operativo
“Si quieres cambiar cómo te sientes, aprende a cambiar tus acciones o a cambiar la historia en la que crees.”
- Julie Zhuo
Solemos pensar que vivimos en un mundo de personas, hechos, proyectos, planes… pero nos olvidamos fácilmente de que todo eso sucede dentro de un arco narrativo.
Todos vivimos dentro de una peli en la que somos escritores, productores y protagonistas, y que da sentido a nuestra vida.
En la edición 103 vimos el ejemplo de Demi Moore, una actriz que ha vivido la mayoría de su vida contándose una historia de fracaso. Así lo reconoció a principios de este año, emocionada, cuando ganó el Globo de Oro.
Un día, un productor de cine le soltó un “siempre serás una actriz de palomitas”, y desde entonces esas palabras fueron una losa en su sistema operativo, envenenando su ambición y su autoestima.
Moore pasó cuatro décadas siendo protagonista de una película (su vida) en la que ella no era suficientemente buena.
Es importante el tipo de historias que te cuentas a ti mismo cuando te levantas por las mañanas, porque tu historia es la infraestructura de la que emerge todo lo que haces.
¿Cuándo es la última vez que decidiste reescribir la narrativa de tu vida?
Hace tiempo lei la historia del actor Taylor Sheridan en la newsletter de Frederik Gieschen.
Sheridan quería ser actor. Abandonó la universidad y se mudó a Los Ángeles con la esperanza de abrirse camino, pero los grandes papeles no llegaban. Vivía con lo justo y no pasaba de roles secundarios.
Aún así, Sheridan pensaba que su historia tenía que ser la de un actor de éxito.
Cuando nació su hijo, vio que su sueldo no alcanzaba para sostener a su familia. Después de casi dos décadas intentando abrirse camino, asumió que no iba a ser el actor que había soñado.
En ese momento, Sheridan tomó la decisión de enfocarse en un área que había dejado de lado hasta entonces, pero que le llenaba enormemente y le salía natural: su faceta como escritor.
Al hacerlo, su energía y su creatividad despegaron como un cohete, y su carrera despegó con ellas. Hoy, Sheridan es, entre muchos otros ejemplos, el creador, escritor y productor ejecutivo de Yellowstone, un éxito global.
En palabras de :
“Sheridan no pasó por un proceso de cambió de identidad sino por uno de redescubrimiento. Volvió a comprometerse con su identidad real. Dejó de fingir y se quitó la máscara. El cambio se propagó por su vida como un tsunami desde el núcleo.”
En el libro Working Identities, Herminia Ibarra nos cuenta cómo sucede este proceso de forma orgánica:
“Nuestra identidad profesional no es un tesoro oculto que espera ser descubierto en lo más profundo de nuestro ser interior.
Más bien, está hecha de muchas posibilidades: algunas tangibles y concretas, definidas por las cosas que hacemos, la gente con la que nos relacionamos y las historias que contamos sobre nuestro trabajo y nuestra vida; otras existen solo en el ámbito del potencial futuro y de los sueños privados.
Segundo, cambiar de carrera significa cambiarnos a nosotros mismos. Dado que somos múltiples ‘yoes’, cambiar no es un proceso de sustituir una identidad por otra, sino un proceso de transición en el que reconfiguramos todo el conjunto de posibilidades.”
No dejes que una narrativa caducada defina tu futuro
“Todos nos contamos una historia sobre nosotros mismos. Siempre. Continuamente. Esa historia es lo que nos convierte en lo que somos. Nos construimos a nosotros mismos a partir de esa historia.”
- Patrick Rothfuss (El Nombre del Viento)
Saqué muchas cosas valiosas de mi experiencia en África.
Una de ellas es que, a veces, puedes estar viviendo una historia que ha quedado obsoleta, y que sin embargo sigue definiendo tu futuro.
No siempre puedes controlar los acontecimientos, pero siempre (¡siempre!) tienes palanca sobre la historia que te cuentas a ti mismo, tanto de lo que te está ocurriendo como de lo que necesitas en la vida.
Cuando tu historia cambia, tu identidad y tu comportamiento van detrás: acabas adoptando un sistema de creencias alternativo, más productivo. Y la misma narrativa que te libera por dentro te hace también más creíble ante el mundo cuando le pides a ese mundo lo que necesitas.
Así que, si hoy sientes un pequeño desajuste en tu vida o en tu trabajo, quizá valga la pena hacerte dos preguntas:
¿Qué historia me estoy contando ahora mismo sobre esta situación?
¿Qué historia alternativa podría estar contando, una que me ayudaría más a vivir de forma más acorde a mis valores / a conseguir el objetivo X / a disfrutar más de mi trabajo [etc.]?
Ya sabes lo que digo siempre: uno no aprende de la experiencia, sino de reflexionar sobre la experiencia. Así que:
Coge papel y lápiz, y describe esa tensión que genera una interferencia en tu vida.
Especula sobre potenciales historias alternativas que podrías estar contándote, nuevos contextos que explorar que, si se hiciesen realidad, ayudarían a disolver (aunque sea parcialmente) la tensión que sientes por dentro.
Toma las riendas de la situación, y empieza a hacer cosas que sean consistentes con vivir de acuerdo a esa nueva historia.
Este no es un proceso que se hace una vez y ya.
Es un proceso que hay que hacer cada cierto tiempo. Porque, como dice , el truco es entender qué narrativas hay que ir descartando a medida que vamos creciendo:
“Adoptamos inconscientemente narrativas sobre la forma que debe tener nuestra vida a partir de generaciones anteriores, de tramas de películas y de la gente que nos rodea.
Estos ‘guiones’ suelen ser útiles, pero tienden a dejar de tener vigencia a medida que envejecemos. Gran parte de la vida consiste en averiguar qué historias debemos descartar con el paso del tiempo.”
No podemos escapar de esta realidad. Es parte de nuestro proceso de desarrollo. Porque como dice David Epstein, en su genial libro Range, “Solo podemos aprender quienes somos viviendo. No antes.”
2. Persigue lo que te Guste
“El mejor consejo no es escribir sobre lo que ya sabes, sino escribir sobre lo que te gusta. Escribe el tipo de historia que más disfrutas. Escribe la historia que tú querrías leer.
El mismo principio se aplica a tu vida y a tu carrera: siempre que no sepas cuál debe ser tu próximo movimiento, pregúntate simplemente: ‘¿Qué haría que esta fuera una historia mejor?’”
- Austin Kleon (Steal Like an Artist)
3. Sácate del Error (Antes de Cometerlo)
“Actúa a partir de hoy como si vivieras por segunda vez, y la primera lo hubieras hecho tan desacertadamente como estás a punto de hacerlo ahora. Pocas estrategias estimulan más el sentido de la responsabilidad que esta máxima que invita a imaginar, primero, que el presente ya es pasado y, segundo, que ese pasado se puede corregir.”
- Viktor Frankl
Si te ha gustado lo que lees, no olvides darle un like y compartirlo con otros como tú que quieran ser mejores cada día en lo suyo. ¡Gracias!



Fantástico Rafa 🫶
La gente afronta los cambios de carrera como un todo o nada. Me encanta el concepto de Ibarra de ir haciendo tests sobre cosas que te gustan y ver cómo te sientes y cuál es el feedback que te dan ahí afuera
Olé! Justo lo que necesitaba leer esta semana. Gracias una vez más, Rafa!