#105. No Intentes Cambiar: Haz Algo Mucho Mejor. Usa Todo tu Cerebro. Capitaliza tu Pensamiento
No Solo Suerte - 25 enero 2025
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Soy Rafa Sarandeses y esto es No Solo Suerte: un cocktail de 3 ingredientes para ayudarte a hacer flexiones con el coco y ser cada día mejor en lo tuyo.
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1. No Intentes Cambiar: Haz Algo Mucho Mejor
“Al contratar, busca personas con la actitud correcta. Las habilidades se pueden enseñar. Cambiar la actitud requiere un trasplante de cerebro.”
- Elon Musk
Confesión: dice mi mujer que mi empatía tiene el tamaño de una castaña pilonga. Y mi socia Marta García-Valenzuela, que es un escáner de personas con patas, dice que aunque muchos piensan que soy extrovertido, en realidad soy un introvertido con una alta habilidad social.
Las dos tienen razón.
Si el tema terminase ahí, en un “no soy el tipo más empático”, tendría un gran problema. ¿Cómo puede alguien en servicios profesionales, como es mi caso, hacer un buen trabajo con sus clientes sin una gran dosis de empatía?
Cambiar algunas cosas, como dice Musk, requieren un cambio de cerebro. Es verdad: nunca serás un 10 en algo que naturalmente no se te da bien. Pero con algo de trabajo puedes aprender a cubrir esos déficits para que tu perfil sea más redondo.
Hoy te ofrezco un ejemplo real para explicarte cómo.
Paso 1. Conócete a ti mismo (pero de verdad)
“Las carreras exitosas no se planifican. Se desarrollan cuando las personas están preparadas para nuevas oportunidades porque conocen sus fortalezas, su método de trabajo y sus valores.”
- Peter Drucker
Tengo actualmente como coachee al CEO de un banco. Llamémosle Pepe. Pepe tiene un perfil típico de CEO, con una mentalidad de “fixer”. El clásico “dame un reto que te doy una solución.”
El banco ha pasado por un período de fuerte restructuración, y su perfil se ajustó en ese período como anillo al dedo. Se necesitaban respuestas rápidas y sin vacilar a problemas a la vez urgentes e importantes, y Pepe logró combinar cambio y velocidad en la organización durante ese tiempo.
Pero ahora el banco ha salido del hoyo, y Pepe tiene que empezar a delegar la toma de decisiones en su equipo directivo. Ahora toca crear una segunda línea directiva potente y dedicar más tiempo a desarrollar negocio con grandes clientes. Y para eso tiene que ayudar a su equipo a tomar mejores decisiones, no tomarlas él mismo. Para Pepe esto es un cambio de paradigma importante.
Muchos CEOs fracasan porque no ven venir este tipo de cambios de contexto, que exigen de uno mismo cosas diferentes. El enchufe que antes te pedía dos pines para lograr resultados, ahora te pide tres. ¿Qué hacer entonces?
Afortunadamente, llevamos trabajando más de un año en entender muy en detalle las fortalezas y áreas débiles de su perfil, y de cómo cada una de ellas encaja en las diferentes situaciones a las que se enfrenta.
El truco que nunca falla: la escritura
“Si estás pensando sin escribir lo que piensas, sólo creerás que estás pensando.”
- Paul Graham
Una de las primeras cosas que le pedí a Pepe es que empezase a escribir un diario de sus interacciones con su equipo. Tenía que venir a las sesiones con varios ejemplos del contexto de cada conversación, de cómo la había manejado él, y de qué resultado había tenido esa interacción en relación con el problema en las siguientes semanas.
Era impresionante ver cómo la mera reflexión post-mortem de esas interacciones aceleraba en Pepe su propia autopercepción. Logramos identificar patrones y reducir a 2-3 los temas / situaciones a los que realmente teníamos que prestar atención. La reflexión por escrito le ofreció a Pepe un espacio en el que poder descubrirse a sí mismo en acción, y no a través del típico test psicométrico.
El biólogo Edward Wilson dice que el mundo que viene será de los sintetizadores, personas capaces de recopilar la información correcta en el momento correcto, pensar críticamente y tomar decisiones importantes sabiamente. Y para eso no hay otro modo más potente que escribir sobre lo que nos pasa.
Paso 2. Mete herramientas en tu mochila
"Quien aprende a discrepar sin antagonizar a su contrario maneja el secreto más valioso de cualquier negociación."
- Chris Voss
El conocimiento de uno mismo es el paso 1. Pero si no sabes cómo traducir ese awareness en resultados en el momento preciso, estás vendido. Si no eres la persona más sociable, siempre puedes aprender tácticas para comportarte de forma más social cuando hace falta.
El truco es evitar que aquello que no se te da bien no se convierta en un palo en tu rueda. Igual que alguien que es olvidadizo tiene que usar una app o un cuaderno para apuntarse las cosas, alguien con un approach natural como fixer, como el caso de Pepe, tiene que ser capaz de agarrarse a sí mismo de la solapa cuando su “comportamiento por defecto” no le ayuda con su objetivo.
Con Pepe diseñamos un experimento muy tonto, pero que funcionó a la perfección:
El objetivo: cada vez que alguien entre en tu despacho con un reto, tienes que asegurarte de que sale siendo un poco mejor profesional de como entró.
La herramienta: cuando la persona te cuente el reto que tiene delante, no puedes dar una solución (no puedes soltarle un enunciado) sin hacerle antes al menos 3 preguntas que te ayuden a entender mejor lo que está pasando. Las preguntas, además, no pueden contener “por qué”, que suele poner a la gente a la defensiva. Sólo pueden ser preguntas de las denominadas “calificadoras”, aquellas que aumentan nuestra curiosidad: sólo podía usar “cómo” y “qué”.
Durante los siguientes meses, Pepe se dedicó a jugar con este experimento, y a apuntar el tipo de resultados que obtenía con el proceso. A veces se tenía que morder la lengua, y por supuesto no era tan rápido como cuando daba la solución y despachaba a la gente a discreción. Pero era lo que había que hacer para desarrollar el músculo que necesitaba.
Al cabo del tiempo Pepe hizo de este proceso su estándar para interactuar con el equipo, y éste empezó asumir más responsabilidades y a quitarle temas de encima. Pepe dejó de dar órdenes y empezó a ayudar a su equipo a decidir por sí mismos.
Y de este modo Pepe logró magia: creó un espacio de unas pocas milésimas de segundo, entre el input que le venía de fuera y su propia reacción, en el que escoger qué herramienta es la más adecuada para ese momento. Un espacio minúsculo de tiempo que se ha convertido en clave para tomar mejores de decisiones.
Conclusión
Hace ya mucho tiempo que aprendí que no se puede cambiar a una persona. Como me dice mi mujer, “sé la persona con la que me he casado, y te quiero a pesar de todo.” Es una santa.
Lo bueno es que no hace falta cambiar a una persona para ayudarla a actuar de una manera más productiva cuando hace falta. Son dos cosas diferentes. Una es la genética y la otra es la táctica. No actúes sobre la primera. Enfócate en la segunda.
Y aplicándolo a nosotros mismos, empieza por no querer ser una persona que no eres, sino en querer ser un poco mejor cada día. La gente te define por lo que ve, por tu comportamiento, no por tu morfología cerebral. ¿No será más rentable cambiar nuestro comportamiento que nuestro cerebro?
Para ello hay que saber cómo somos de verdad. Forzar una reflexión profunda que nos ayude a conocer esas aristas que no nos dejan brillar en determinados contextos. Y después, diseñar herramientas, experimentos o procesos que nos permitan traducir ese nuevo autoconocimiento en comportamientos más ajustados a lo que se necesita en el momento.
Porque como dijo en su momento Viktor Frankl,
"Entre el estímulo y la respuesta hay un espacio. En ese espacio reside nuestro poder para elegir nuestra respuesta. Y en nuestra respuesta se encuentra nuestro crecimiento y nuestra libertad."
2. Usa Todo tu Cerebro
“Es importante tener ambas partes del cerebro funcionando, no solo el lado izquierdo (el lado que es bueno para las matemáticas y la organización).
En la escuela de negocios conocí a muchas personas increíblemente inteligentes. Pero aquellos que se especializaban en finanzas no podían escribir ni un poco decente y tenían dificultades para encontrar formas creativas de abordar un problema. Esto me sorprendió un poco. Más tarde aprendí que algunas personas realmente inteligentes solo tienen un lado del cerebro funcionando, y eso es suficiente para hacerlo muy bien en el mundo, pero no lo suficiente para ser un inversor emprendedor que piense de manera diferente a las masas.
Por otro lado, si el lado derecho de tu cerebro domina, probablemente odies las matemáticas, y por eso no solemos encontrar a estas personas en el mundo de las finanzas desde el principio. Así que las personas en finanzas tienden a estar muy orientadas al lado izquierdo del cerebro, y creo que eso es un problema.
Creo que un gran inversor necesita tener activados ambos lados del cerebro. Como inversor, necesitas realizar cálculos y tener una tesis de inversión lógica. Este es tu lado izquierdo trabajando. Pero también necesitas hacer cosas como juzgar a un equipo de gestión a partir de pistas sutiles que emiten. Necesitas ser capaz de dar un paso atrás y ver la imagen completa de ciertas situaciones, en lugar de analizarlas hasta la saciedad. Necesitas tener sentido del humor, humildad y sentido común.”
- Mark Sellers
3. Capitaliza tu Pensamiento
“Piensa escribiendo. Usa Google Docs, garabatea en cuadernos. Esto amplía tu memoria de trabajo de manera ilimitada y permite que tus pensamientos se capitalicen unos sobre otros. La diferencia entre una máquina de Turing y una máquina estática es solo la cinta.”
- Nabeel Qureshi
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Mi mayor descubrimiento en 2024 ha sido la escritura.
Tuve una conversación parecida hace un mes, con él que yo llamo mi “mentor”
Me regalo dos bolis, uno azul y otro rojo.
Escribo una pagina al dia, todos los dias.