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Cómo Evitar que la IA se Coma tu Carrera Profesional
“La mayoría de las personas cree que las ideas improbables no son importantes. Pero lo único que realmente importa es aquello que es improbable.”
- Vinod Khosla (Venture Capitalist)
La edición de hoy es un monográfico porque el tema lo merece.
La IA viene a por tu trabajo. Y a por el mío.
No es una opinión. No es alarmismo barato. Ya está ocurriendo.
SAP despidió a 8.000 empleados en 2024 para reemplazarlos por soluciones de IA, a pesar de registrar un aumento del 167% en beneficios
IBM ha eliminado ya miles de empleos en recursos humanos, automatizando hasta el 94% de las tareas rutinarias con IA
Sólo en 2022-2023, las empresas tecnológicas despidieron a más de 400.000 empleados. Google recortó 12.000 puestos. Meta eliminó 21.000. Amazon despidió a 27.000. Salesforce redujo su plantilla en 8.000 personas.
Microsoft acaba de despedir al 3% de su plantilla
Ya lo dijo en su momento Ginni Rometty, exCEO de IBM: “Creo que la inteligencia artificial cambiará el 100% de los trabajos en los próximos 5 a 10 años.”
Lo interesante es que lo dijo en abril de 2019, 3 años antes de ChatGPT. Y no puede sonar más actual en 2025.
¿Y qué pasa con las nuevas contrataciones?
Aquí tienes la demanda de trabajadores de desarrollo de software en Indeed.com:
Pero no está afectando solo a roles tecnológicos.
Está afectando a toda una nueva generación de profesionales.
Derek Thompson, en un reciente artículo en The Atlantic, describe un fenómeno preocupante:
“Según la Reserva Federal de Nueva York, las condiciones laborales para los recién graduados universitarios han "empeorado notablemente" en los últimos meses, y su tasa de desempleo se sitúa ahora en un inusualmente alto 5,8 %. Incluso los recién titulados con un MBA de programas de élite están teniendo dificultades para encontrar trabajo.
Los jóvenes graduados están entrando en una economía que, en términos relativos, es peor para ellos que en cualquier otro período registrado en los últimos 40 años.
¿Por qué sucede esto? Según le cuenta el economista de Harvard David Deming a Thompson:
“Cuando piensas en lo que la IA generativa puede hacer y qué trabajos puede reemplazar, son justamente las tareas que hacían los jóvenes recién graduados en empresas de “cuello blanco”: leen y sintetizan información y datos. Producen informes y presentaciones.”
Si trabajas, como lo hago yo, como profesional del conocimiento (knowledge workers)… abróchate el cinturón.
Por un lado, estamos a punto de experimentar una redefinición de la estructura de costes en nuestras industrias como jamás se habría imaginado. Pero hay más: millones de personas van a perder algo más importante que su trabajo: su sentido de identidad.
Necesitamos poner en juego las 3 habilidades críticas para el siglo XXI
“Entonces, ¿qué haces? En realidad, ya no contratarás por skills, sino por la propensión al aprendizaje. En otras palabras, contratarás por el cociente de adaptabilidad.”
- Ginni Rometty
En la edición 50 decíamos que, en la vida, es más importante ser curioso que ser inteligente. Porque ser curioso es mejor predictor de la buena suerte que la inteligencia.
Según el Dr. Christian Busch:
“Cada uno de nosotros tiene una visión del mundo que consideramos “típica”, el tipo de cosas que esperamos que sucedan. Como resultado de este sesgo, lo que tendemos a ver es “lo esperado.”
Pero ¿y si pudiéramos ampliar el alcance de lo que esperamos? Así podríamos ver cada vez más conexiones. Llegaríamos a comprender que a nuestro alrededor suceden cosas improbables, todo el tiempo, esperando a que las aprovechemos.
Esta es una parte central del desarrollo de una mentalidad abierta a la serendipia”
Hoy en día, lo único que podemos hacer para que nos vaya bien en un mundo de inteligencia artificial son, precisamente, 3 competencias básicas para tener buena suerte en la vida: nuestra curiosidad, nuestra agilidad de aprendizaje, y nuestra adaptabilidad.
¿Cómo lo ponemos en práctica?
Hay un framework que me ayuda a la hora de pensar en esto:
Si la inteligencia artificial es hoy un 50 % tan buena como yo en uno de los principales resultados que produzco con mi trabajo, entonces es probable que la IA se encargue de ese resultado en 2 años o menos.
¿Será exactamente así? No lo sé, y me da igual. Para mí es útil. Me ayuda a moverme en la dirección correcta.
Te propongo el siguiente ejercicio:
Abre tu cuaderno y pinta dos columnas en la página. En la columna izquierda escribe “Tareas” y en la columna derecha escribe “Resultados”.
Escribe a la izquierda todas las tareas que requiere tu trabajo en un mes típico. Lo que sea. Pon especial atención a aquellas que se repiten más de 5 veces en un mes. Puede ser: escribir el informe X, preparar la agenda para la reunión Y, registrar los datos ABC, o buscar información sobre Z.
A la derecha, escribe aquellos resultados de tu trabajo que generan valor. Los objetivos a los que estás contribuyendo, directa o indirectamente, con tu trabajo. Puede ser: ahorro de costes, generación de nuevas ventas, una buena ejecución del proyecto, o la transformación tecnológica de mi compañía.
Investiga de qué manera puede ayudarte la IA con las tareas de la columna izquierda. Lee sobre cómo otros lo están haciendo (hay newsletters en Substack muy buenas para esto, como el de
)¿Puedo montar un GPT con el formato de ese informe, y darle los inputs para que el modelo me dé algo que esté ya 95% listo?
¿Puedo entrenar un GPT para que me ayude con propuestas para el cliente, o incluso a mejorar las propuestas que ya hacemos a clientes para un determinado servicio?
¿Puedo ver con la IA diferentes iteraciones o escenarios para ese informe de estrategia que tengo que ver con mi jefe?
¿Puedo usar deep research para investigar nuevos servicios o nuevos mercados en una fracción del tiempo, o para ir con mejor intel a esa reunión comercial tan importante?
Pasa a la acción: aprovecha esta oportunidad para liderar en tu equipo, ponga lo que ponga en tu tarjeta de visita. Propón una nueva herramienta de IA para eg. análisis de datos o la automatización / optimización de cierto proceso interno. Documenta el antes y después, registrando la aportación de valor (resultados, liberación de tiempo para un mejor análisis por un humano, etc.)
Ethan Mollick propone un modelo que puede ser útil para sacar lo mejor de este ejercicio:
“Las personas necesitan experimentar con la inteligencia artificial para comprender tanto sus capacidades como sus limitaciones.
Invita siempre a la IA a la mesa. Intenta utilizarla en cada tarea
Sé el ‘humano en el circuito’: supervisando y guiando el proceso
Asigna una personalidad a la IA y ponla a prueba, hazle preguntas, desafíala (NB: dile que actúe como un experto en marketing, o un consultor estratégico)
Asume que esta es la peor IA que vas a usar. No te pongas moralista cuando falle. Los sistemas solo mejorarán con el tiempo.”
A partir de ahí, piensa:
Si asumo que puedo trabajar con GPT, Claude, Gemini o Grok como si fuesen un pequeño ejercito de “interns/analistas bastante listos”, con el que rebotar todo tipo de ideas y tareas, ¿en qué otras cosas puedo ayudar a mi jefe o a mi equipo?
¿Cómo puedo emplear el tiempo que acabo de ahorrarme para contribuir todavía mejor a los objetivos de mi compañía?
Las grandes preguntas que deben guiarte siempre son:
¿Cómo puedo seguir siendo relevante en un mundo en el que cumplir con mis tareas ya no es necesariamente indicador de buen desempeño?
¿Cómo podría, en un determinado momento, dejar de definir mi trabajo por mis tareas, delegando muchas de ellas en un agente de IA, y seguir aportando valor a los objetivos de mi compañía?
Conclusión: cuidado con nadar desnudo
“Solo cuando baja la marea descubres quién ha estado nadando desnudo.”
- Warren Buffett
Decir eso de “a mí no va a pasar nada” es como el Orfidal: un relajante que no resuelve el problema de fondo.
Desgraciadamente la esperanza no es una estrategia. Hay que decidir en qué lado estar, y sólo hay dos: el de los que meten la cabeza en un agujero, o el de los que deciden ponerse al volante para que la IA no les deje fuera de juego.
Llevo mucho tiempo hablándote de la importancia de leer (mucho) para liderar tu propio aprendizaje, de exponerte a las cosas que no entiendes (para forzarte a entenderlas), de enamorarte de los problemas y de exigirte a ti mismo más allá de lo que te piden.
Aquí tienes una verdad incómoda: cómo usas tu tiempo libre es un buen predictor de tu éxito profesional.
Nadie a día de hoy ha ido a una “Universidad de la IA”. El modo en el que alguien trabaja con la IA vs. otra persona, es resultado sólo de su curiosidad y de cómo invierte su tiempo libre en términos relativos frente a la otra persona. Ni más, ni menos.
Y esto es clave. Porque siguiendo la analogía de Buffett, en los próximos 5 años veremos la mayor bajada de marea profesional de la historia de la humanidad.
Veremos quiénes están dedicando su tiempo a este enfoque de desarrollo personal y profesional, y quiénes salen del agua sin los recursos para poder surfear la siguiente ola.
No pasa nada por estar preocupado. Yo también lo estoy. Pero no vale meter la cabeza en un agujero. Hay que meterle acción al problema.
Porque como digo yo siempre, no trabajas ni para tu empresa, ni para tu jefe.
Trabajas para tu yo de dentro de 10 años.
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Adaptabilidad...qué palabra tan importante para la sobrevivencia en todos sentidos. Y justo para temas de evolución profesional y como base generadora de ingresos... además es un super reto para quienes estamos en la segunda mitad de nuestra vida y el paradigma de la experiencia se vuelve un techo a superar.
Enhorabuena Rafa por el gran artículo. Sin duda la IA hay que integrarla cuanto antes en nuestro día a día, liberándonos de cargas innecesarias y permitiéndonos ser más productivos y dedicarnos más a aquello que es genuinamente humano: pensamiento creativo, imaginación, empatía, arte…
Por otra parte, visto con una escala global, es inquietante donde nos podrá llevar como sociedad a nivel de economía productiva, y se nos antojan algunos futuros distópicos que tendremos que trabajar para evitar. En todo caso, como dices, meter la cabeza en un agujero no es una opción, y tendremos que participar activamente para poder liderar el cambio hacia una realidad mejor aún que la precedente.